Vickie

Vickie

Los extravíos de un corazón enamorado...

Extravios amorosos

Adolece mi alma de extravíos amorosos buscando en laberintos sin salida la liberación porque entre el tenerte y ansiar tenert...

domingo, 26 de junio de 2011

Dibujando sus ojos



Inicio trazos en mis recuerdos, bosquejos de unas cejas que casi se unían al centro, pobladas, color marrón, me gusta pensar en su forma… ¿como eran? ¿arqueadas?, ¿rectas?, ¿separadas? ¿gruesas? ¿de un mismo color?... ahora que lo pienso, recuerdo que sus cejas tenían colores ocres, dorados, bronce y acabados en color café caoba.

Me gusta divagar con mi mente y pensar cuando fue la primera vez que me fije en él. Era el chico de mis sueños, nadie se asemejaba a el y… lo era todo para mí. Fueron los mejores años de mi adolescencia y por eso tienen un lugar privilegiado en mi corazón, donde nadie más que él puede permanecer. El corazón puede albergar distintos amores y el rinconcito que elegí para él ha permanecido intacto a través del tiempo y de la distancia.

Sigo internamente en pos del recuerdo de sus ojos. Eran color café intenso, con un brillo incomparable, ese brillo que descubrí una tarde al fijar su mirada en la mía , una luz que viajó internamente y se depositó para siempre en mi corazón. Sus pestañas no recuerdo si eran tupidas y largas, o cortas y ralas… pero sus ojos tenían una caída hacia la parte inferior de la sien que les daba un toque de tristeza.

¿Cuántas veces me ví en sus ojos? … no recuerdo… hay cosas que no precisan ser contadas para ser sentidas. Hay instantes que quedan como tatuajes en la memoria sin necesidad de ser pintados.

Por eso hoy quiero darme ese momento e intentar darle forma a sus ojos… sus bellos y tristes ojos. ¿Cómo darle el toque exacto a su forma? ¿Cómo plasmar en una hoja en blanco su mirada que me ha perseguido tantos años aún y cuando no piense todos los días en ella? ¿Cómo diseño la manera de que mi puño vaya dándoles vida tal como lo tengo en mi recuerdo?

Cierro mis ojos y viajo… cuanto tiempo ha pasado ya… me interno por laberintos, me detengo, sigo, rememoro, imagino, voy como en sueños caminando entre nubes… recorro las calles de antaño y me sitúo en el ayer añorado. Me veo con mi silueta de adolescente en un abril temprano de mi vida, sin maquillaje, silvestre, arisca, huraña, sin adornos femeninos, tímida, sencilla, pura, inocente, lozana y con el cabello de fragancia natural, de azahares y limoneros.

Me observo como era en esos tiempos, acerco mi rostro a mi rostro casi de niña, puedo sentir el viento que rozaba mi cara e intento ver con mis ojos inocentes lo que me rodeaba. Miro con mucha luz, como si fuese después de mediodía, es extraño pero cuando pienso en el nunca lo veo de noche ni de mañana, siempre después de mediodía o en la tarde aun con sol, o casi por presentarse un crepúsculo. Será que solo en esa parte de los días lo miraba y se me quedó esa imagen o será que al ser mi primer amor significa mucha luz en mi vida.

Son flashes que relampaguean en mi mente, como en una tarde veraniega de mi lejano Sonora, con olores naturales del campo, lluvia fresca, tierra mojada y la silueta de ese muchacho que veo venir hacia mí mirándome con la mas dulce mirada que me hubiese visto y cuando lo quiero abrazar se esfuma de mis manos, como si fuese un fantasma que me traspasa todo el cuerpo. Quedo asida al viento, al dulce recuerdo, al lazo que etereo ha permanecido en mi todos estos años.

Su mirada me recorre entre interrogante e ilusionada… bendito primer amor, yo no sé como el pudo haber sentido que yo lo miraba, pero pienso que siempre se dio cuenta de mi amor por él. Mi mirada tímida pero llena de ilusiones color de rosa, imaginando siempre un encuentro, un acercamiento, una palabra, una sonrisa, una caricia y una flor.

Luz bellísima de sus ojos que traspasaba el aula escolar, que se depositó para siempre en mi alma, en mi corazón, en mi cuerpo y en mi destino. ¿ Cómo eran sus ojos? ¿Cómo eran?... ¿Cómo son ahora? ¿Habrán perdido esa luz? ¿Seguirán siendo tristes?...

Sus ojos son sin forma… no puedo dibujarlos, ni pintarlos, ni retratarlos con la exactitud de su belleza adolescente, simplemente son sus ojos. Cierro los míos y vienen a mí, sólo yo puedo verlos en mi interior y ése… es mi tesoro, pues nadie mas puede internarse, ver con mi alma, mi corazón y mis sentidos a ese bello chico de mis albores, mi primer amor.

A tu recuerdo.
Vicky E.Durán
Junio 2011